Casting para Albus S. Potter.

El aburrimiento, amargo y soso no deja de invadir mi cuerpo, realmente no se que hago en mi sala comun, si solo estoy de arriba abajo y cuando llego abajo vuelvo arriba, esto es tan aburrido que me estoy replanteando jugar a los gobstones, un juego que destaca especialmente por su complejidad y por su diversión claro esta, ya, y yo soy un duende con un traje de color rosa. Mira, mi aburrimiento llega a niveles tan vertiginosamente altos, que estoy pensando que quizás pudiera hacer alguna de mis tareas, o adelantar algunas, si, lo has leído bien, yo, Albus Severus Potter el que atiende en clase en todo momento, notese el sarcasmo, estaba tratando de hacer los deberes, aunque fuera mentalmente, ya no soporto esto mas, iré a hacer algo antes de que un duendecillo decida raptarme y matarme. Ni siquiera esta aquí Scorpius para darme algo de diversión, de hecho aquí no hay nadie, salvo unos cuantos críos de primer curso, lo mismo puedo decir de Caleb.

Ya se, iré a ver a Alice me digo mentalmente y con un ágil movimiento me levanto del sofá, doy un leve suspiro y no tardo en cruzar el cuadro para salir de este aburrido lugar en búsqueda de cualquier lugar que me ofrezca un poquito de diversión, si mal no recuerdo Alice comentó algo de ir a la biblioteca, en ese momento un escalofrió ha recorrido mi cuerpo, la biblioteca no es un buen lugar, demasiados libros y demasiado silencio, aunque para dormir es mas que perfecto. No me gusta en exceso, ya que ir ahí significa hacer trabajos y esas dos palabras y yo no encajábamos en una frase, como he dicho muchas veces el trabajo teórico es ridículamente inútil, al menos en su mayoría, ¿de que me van a servir saber los mas de cien usos de la mandrágora y como encontrarla si al final solo se usan para cinco o seis cosas? Mi actitud y mi razonamiento lógico hace que los profesores tiendan a discutir conmigo, bueno discutir y no quitarme el ojo de encima, ya que en general cuando no estoy castigado por los líos en los que misteriosamente me veo envuelto, si no fuera porque yo los hiciera.

Subo las escaleras de mármol, evitando pisar los escalones falsos que ya he memorizado desde hace casi seis años, cuando casi te caes por uno, tiendes a recordar hasta el nombre del constructor, la biblioteca no esta muy lejos y parece que no soy el unico que va hacia allí, algunos alumnos de primero y segundo bajaban demasiado rápido y como era de esperar uno se tropezó con un falso escalón y no tardo en arrastrar a los otros, no pude evitar sonreír e iba a acercarme para preguntarles si estaban bien, pero sus risas denotaron que se encontraban perfectamente o de una pieza al menos. Llego hasta la biblioteca y lo que ven mis ojos no me gusta nada, puedo ver en mitad del suelo a Alice y en el otro lado a Mérope apuntándola con la varita, genial, ya vuelve el estúpido orgullo de serpiente a causarme problemas, y eso que yo no lo tengo.

-Baja la varita. -pido firmemente a la joven Slytherin, conocía la mayoría de reacciones posibles y lejos de querer arriesgarme a escuchar una contestación mordaz y estúpida sobre porque no debería de hacerlo decido adelantarme a las posibles palabras que pueda decir en su defensa, conozco a Alice desde hace mucho, se que ella no haría nada malo, y no podía decir lo mismo de mis compañeros de casa, aquí tenia que ser yo el guardián y celador. -Expeliarmus. -conjuro con un ágil movimiento y cuando su varita escapa de su mano la convoco con un accio.

Me acerco a Alice y la ayudo a levantarse, luego miro a ambas chicas a los ojos y seriamente pregunto.

-¿Puedo saber que ha pasado?