Casting para Dominique O. Weasley.

Andaba por los pasillos como alma que lleva el diablo. ¿Quién se había creído ese pequeño ignorante? ¿Porqué se atrevió a poner su sucia varita sobre ella?. Indignada, así era como se sentía, totalmente fuera de sí.
- Maldita sabandija.. ya verás cuando nos volvamos a encontrar-
A decir verdad, si no hubiera sido por la profesora y su interrupción en medio del salón, a esta alturas aquel gryffindor ya estaría echando ranas por la boca. Nadie fastidiaba a Dominique sin pagar las consecuencias, y unas extremadamente caras. Primero fue su falta de tino al tratar de elaborar aquel hechizo, no creía que fuera su culpa, era la profesora quien no sabía explicarle con exactitud, y después vino aquel incidente con ese muchacho.. al que ahora mismo deseaba convertir en caracol. El solo recuerdo del momento le propinaba una oleada de frustración y rabia muy difícil de ignorar. Ya llegaría la hora de cobrárselas, cuando convenciera a Malorie de "jugar" un poco con el joven...

Su rostro dejó ver una media sonrisa de retorcida alegría justo cuando doblaba la esquina. Del otro lado, una pequeña joven venía leyendo por los pasillos, totalmente ignorante al resto del mundo.
-Impedimenta - susurró Domi, escondiendo la varita entre la túnica. La maldición de otros, su eterna bendición. Casi suelta una carcajada al ver como el libro salia volando hacia la cara de la muchacha, pero supo contenerse, no deseaba dejar huella alguna de su pequeño crimen.

"Mira que divertido, un juego muy fácil de dominar" pensó, eligiendo a su siguiente victima. Sus ojos azules, totalmente concentrados, escudriñaron todo el ambiente con la esperanza de encontrar algún niño desprevenido, una muchacha con pinta de cerebrito o... Wow, algo mucho mejor, algo como...

Sonrió y pasó al lado de la parejita que estaba totalmente ajena a lo que el mundo le ofrecía, tan concentrados que Dominique tuvo que toser sutilmente para hacerse notar.
- ¿Que tal, Lily? ¿Disfrutando del.. - miró al acompañante de su prima con ojos maliciosos, de arriba a abajo, barriendolo con la mirada - ... día? - culminó.

Fue solo eso, un saludo, una mirada, pero sabía que Lily había captado el mensaje. No era estúpida, no tanto como para desconocer lo que pasaría a continuación. Sonrió y salió de ahí en busca más diversión. Ansiaba ver la cara de James cuando se enterara de lo que hacia su hermanita por los pasillos. Dulce y deliciosa malicia era lo que destilaban sus ojos, ganas de hacérselas pasar mal, tan mal como ella misma había pasado. Tuvo que recorrer un buen trecho del colegio antes de hallar a su objetivo, pero no por eso se sintió amilanada. Lo halló, sentado a la sombra de un gran roble en los jardines del colegio.

- Uhmmm... sabes a quién me encontré mientras paseaba, James? - una sonrisa le iluminó el rostro. Se apoyó en el tronco del enorme árbol y espero pacientemente a que James la mirara, totalmente intrigado - te sorprendería lo que encuentras por los pasillos... - Lo picó, a sabiendas de como iba a reaccionar.